Correr es una forma de ejercicio muy popular que puede ofrecer numerosos beneficios para la salud, como la mejora de la la aptitud cardiovascular, pérdida de peso y mejora del estado de ánimo. Sin embargo, para algunas personas, correr también puede causar lesiones si no se utilizan la técnica y el equipamiento adecuados. Un aspecto de la técnica de carrera que se discute a menudo es la pronación la forma en que el pie golpea el suelo al correr.

Qué es la pronación
La pronación se refiere al balanceo interno natural del pie que se produce cuando éste golpea el suelo. Este balanceo ayuda a absorber la impactos y distribuyen el peso uniformemente por todo el pie. Existen tres tipos de pronación: neutra, sobrepronación e hipopronación.
La pronación neutra se considera el golpe ideal del pie y se produce cuando el pie rueda hacia dentro a un ritmo normal, permitiendo una amortiguación adecuada y una distribución equilibrada del peso.
Sobrepronación, en cambio, se produce cuando el pie rueda demasiado hacia dentro, provocando el hundimiento del arco plantar y la rotación de la rodilla hacia dentro. Esto puede causar lesiones como síndromes de estrés medial, fascitis plantar y dolor de rodilla.
La hipopronación también conocida como supinación, se produce cuando el pie no rueda lo suficiente y el peso se distribuye principalmente en la parte externa del pie. Esto puede causar lesiones como fracturas por estrés, esguinces de tobillo y tendinitis de Aquiles.
Qué calzado elegir según la pronación
Para determinar tu tipo de pronación, puedes acudir a una tienda especializada en running y que te hagan un análisis de la marcha o fijarte en el patrón de desgaste de un par de zapatillas viejas.
Si tienes pronación neutra, puedes elegir entre una amplia gama de zapatillas de correr. Si tienes sobrepronación, busca zapatillas con estabilidad o control del movimiento. Si tienes hipopronación, busca calzado con más flexibles y plantilla blanda.
Pronación: cómo evitar lesiones
También es importante realizar un entrenamiento adecuado y gradual para evitar sobrecargar los músculos y las articulaciones. Incorpora ejercicios de fortalecimiento muscular de las pantorrillas los cuádriceps y la zona lumbar pueden ayudar a mejorar la estabilidad y la fuerza de pies y rodillas.
También es importante hacer estiramientos antes y después de correr para mantener la flexibilidad y prevenir lesiones musculares.
En general, es importante escuchar a tu cuerpo y conocer tus límites. Si sientes dolor o molestias en una zona concreta durante o después de correr, es importante que dejes de entrenar y consultes a un médico o fisioterapeuta para determinar la causa del problema y encontrar una solución.
Es importante tener en cuenta que también puedes hacer un análisis de la propia marcha para determinar tu tipo de pronación y elegir el calzado adecuado. Además, es importante cambiar las zapatillas de correr con regularidad para evitar seguir corriendo con zapatillas deterioradas (quizás aprovechando ofertas de outlet) o desgastadas, que pueden comprometer la eficacia del apoyo a la pronación.
Para evitar lesiones relacionadas con la pronación, es importante llevar zapatillas con adecuadas para correr y hacer ejercicios para fortalecer los músculos del pie y la pierna. También es útil evitar correr sobre superficies excesivamente blandas o irregulares y aumentar gradualmente la intensidad y la duración del entrenamiento. En caso de dolor o molestias en el pie, es importante interrumpir la actividad física y consultar a un médico o fisioterapeuta para su evaluación y posible tratamiento.
En conclusión, la pronación es un aspecto importante de la técnica de carrera que hay que tener en cuenta al intentar prevenir lesiones. Comprender tu propio tipo de pronación y elegir el calzado adecuado, así como centrarte en una técnica de carrera y un entrenamiento adecuados, podrás disfrutar de los muchos beneficios de correr sin riesgo de lesionarte.
F.A.Q
¿Qué es la pronación y cómo afecta a los corredores?
La pronación es el movimiento natural de rotación del pie hacia adentro al caminar o correr. La pronación adecuada ayuda a distribuir el impacto del suelo de manera uniforme. Sin embargo, la pronación excesiva (sobrepronación) o insuficiente (supinación) puede llevar a desequilibrios y aumentar el riesgo de lesiones.
¿Cómo puedo saber si tengo sobrepronación o supinación?
Puedes identificar tu tipo de pronación observando el desgaste de tus zapatillas de correr o consultando a un especialista en running o podólogo. Un análisis de la pisada, a menudo realizado en tiendas de running especializadas, también puede ayudar a determinar tu tipo de pronación.
¿Qué tipo de calzado es mejor para cada tipo de pronación?
Sobrepronación: Busca zapatillas con soporte adicional, también conocidas como zapatillas de estabilidad o control de movimiento, que ayuden a corregir la rotación excesiva del pie.
Supinación: Opta por zapatillas con buena amortiguación y flexibilidad para ayudar a absorber el impacto y permitir un movimiento más natural del pie.
Pronación Neutral: Si tienes una pronación neutral, puedes elegir zapatillas que ofrezcan una combinación de amortiguación y soporte sin características específicas de corrección.
¿Qué ejercicios pueden ayudar a corregir la pronación y prevenir lesiones?
Fortalecimiento del arco: Realiza ejercicios como levantamiento de talones y dedos, así como el uso de bandas elásticas para fortalecer los músculos del arco del pie.
Estiramientos de pantorrillas: Estirar las pantorrillas ayuda a mejorar la flexibilidad y la alineación de los pies.
Equilibrio y estabilidad: Ejercicios de equilibrio en una pierna, como el uso de una almohadilla de equilibrio, pueden mejorar la estabilidad y la alineación del cuerpo.
Fortalecimiento de la cadera y glúteos: Ejercicios como puentes de glúteos, estocadas y sentadillas ayudan a estabilizar la cadera y reducir el riesgo de pronación excesiva.
¿Cómo puedo adaptar mi técnica de carrera para reducir el riesgo de lesiones relacionadas con la pronación?
Cadencia: Aumenta tu cadencia (pasos por minuto) para reducir la carga en cada zancada.
Aterrizaje suave: Intenta aterrizar con la parte media del pie en lugar del talón para reducir el impacto y mejorar la distribución del peso.
Postura: Mantén una postura erguida con una ligera inclinación hacia adelante desde los tobillos, no desde la cintura, para promover una técnica de carrera más eficiente.