Comprar zapatillas de correr no es sencillo. Es cierto que correr es uno de los deportes de moda. No hay duda de que correr es bueno para nosotros, y cada vez hay más gente que quiere disfrutar de sus beneficios. En consecuencia, cada vez hay más gente que se pregunta cómo elegir zapatillas de correr. Las dudas siguen siendo las mismas: ¿Qué tipo de zapatillas debo comprar? ¿Cuánto debo pagar? ¿Cómo sé si me conviene? Es muy difícil, sobre todo para un principiante, decidir entre tantos tipos y modelos de zapatos; en este artículo veremos algunos de los factores a tener en cuenta.
Elegir las zapatillas de correr adecuadas es muy importante
Tanto para mejorar el rendimiento que para evitar accidentes, sin duda, el elemento clave que necesita un corredor es el calzado. Es muy conveniente tener pantalones, calcetines, camisetas, gafas y chaquetas especialmente diseñados para correr. Pero ninguno de ellos es tan relevante y difícil de elegir como las zapatillas.
El calzado con el que corres es algo muy personal que eliges siguiendo una serie de criterios. Existen diferentes marcas, colores, formas, tallas y modelos, lo que no facilita la elección. Principalmente porque también solemos estar cegados por la publicidad y las modas, que no nos permiten elegir el zapato que mejor se adapta a nuestras necesidades. Y muy a menudo lo resumimos en algo tan simple como «cuanto más caro, mejor».
Dime por qué necesitas zapatillas de correr y te diré cuáles comprar
Lo importante, sin embargo, es saber cuál es la necesidad, ya que cada zapatilla tiene un diseño único en función de su uso. Las marcas crean diferentes modelos en función del necesidades que pueda tener un corredor, mayor flexibilidad versus más estabilidad o el dilema entre amortiguación o respuesta.
El error, en cualquier caso, es no saber cuáles son nuestras necesidades reales en función de nuestras características y de los tipos de entrenamiento que vamos a realizar. El secreto está en elegir las zapatillas de correr de forma que la elección no sólo afecte al comodidad sino también en aspectos como la rendimiento.
Igualmente importante es conocerse a uno mismo. Tanto si eres corredor experto de maratones o un aficionado que está dando sus primeros pasos en la disciplina, es esencial que conozca su propio terreno.
¡He aquí una pequeña guía para elegir nuestras zapatillas de correr!
Presupuesto: ¿es un problema?
Lo primero que hay que tener en cuenta es que «caro» no es sinónimo de «mejor». Las zapatillas más caras del mercado no son necesariamente las correctas, por lo que es esencial conocer las especificaciones técnicas del producto en cada caso, y luego encontrar el coste más barato comparando marcas y precios.
Es cierto que un zapato más caro estará fabricado con los mejores materiales posibles, pero antes de gastarte una fortuna en un zapato, ten en cuenta cómo eres y para qué lo necesitas específicamente. Esto es lo más importante a la hora de elegir el zapato adecuado.
Dicho esto, tampoco es correcto comprar zapatillas muy baratas, porque pueden resultar incómodas, lo que fácilmente te provocará una lesión. Además, si se desgastan o estropean muy rápidamente, tendrás que comprar más en poco tiempo, por lo que al final tampoco hay ahorro.
Otro problema son zapatos diseñados para un Pro con una tecnología que busca, por ejemplo, la ligereza y la máxima propulsión con una placa de carbono. Es cierto que nunca está de más llevar unas zapatillas demasiado buenas, pero estos modelos, además de ser demasiado caros, también suelen ser inadecuados para un corredor principiante y no puede correr lo bastante rápido para aprovecharlo. Así que al final gastarás mucho sin tener una ventaja real en tu rendimiento.
¿Qué pasa con la talla de calzado adecuada?
Una de las primeras cosas que hay que tener en cuenta al elegir unas zapatillas de correr es comprobar la comodidad percibida al llevarlas. Es crucial comprender que las zapatillas deben ser cómodas desde el primer momento. No es necesario comprarlas demasiado pequeñas pensando que luego se ajustarán a la forma del pie. No se ajustarán, ni necesitarán tiempo de «ablandamiento».
Hay que tener en cuenta que durante las sesiones de entrenamiento largas o intensas, y especialmente en climas cálidos, los pies tenderán a expandirse e hincharse. Esto significa que necesitarán un poco más de espacio. Por este motivo es aconsejable ir a las tiendas de deporte a última hora de la tarde, para probarse el calzado cuando el pie está más hinchado. Otro consejo muy útil es llevar los calcetines con los que vas a correr cuando te los pruebes. ¡Así nos ahorraremos sorpresas incómodas!
Si esto no fuera posible, también puedes comprar zapatillas con un media talla más (por ejemplo, si tu talla habitual es la 38, elige la 38 y media). Así evitarás que los zapatos te aprieten demasiado.
Superficie
Como ya se ha dicho, una de las cosas más importantes es tener en cuenta la terreno en el que tendrá lugar el entrenamiento. Desde luego, no es lo mismo correr sobre hierba, montaña o asfalto. Así que lo mejor es predeterminar dónde vas a correr regularmente para elegir las zapatillas en función de la superficie.
Para correr sobre asfalto zapatillas con los mejores amortiguación posible, mientras que, si se trata de ir a la parque cerca de casa, lo mejor es algo con más estabilidad e agarre al suelo. Esto también se aplica a los días lluviosos, en los que la tracción es aún más importante. Es cierto que casi todos preferimos entrenar a pleno sol, pero nunca hay que descartar una salida incluso con mal tiempo, ¡sobre todo si vives en Milán!
Hay zapatillas diseñadas para terrenos mixtos, también llamadas «trail«. Son ideales para correr sobre hierba, tierra y piedras. Además de una buena tracción en cualquier superficie, tienen una gran durabilidad. El que tiene agarre, estabilidad y protección en la suela es sin duda una compra infalible.
¿Cómo es tu pie?
Nunca debemos olvidar que uno de los factores más importantes es la forma de tu pie y el tipo de postura que adoptas cuando corres. Existen tres tipos de pies; pronador, supinador o neutral; ¡y no son lo mismo! Esto tiene que ver con la huella creada durante la carrera, es decir, la forma en que se apoya el pie.
Haz una prueba de pisada o visita a ortopedista para asegurarse de que no es necesario realizar correcciones. En este caso será conveniente utilizar plantillas prescritas, llevando siempre zapatillas de correr para una pisada neutra.
Si esto no fuera posible, existen algunos trucos trucos sencillos para averiguar qué tipo de pie tienes. Simplemente ponte descalzo con las piernas ligeramente separadas y flexiónalas tres veces mientras observas tus rodillas. Si en el momento de hacer la tercera flexión las ves juntas, significa que eres pronador; de lo contrario, eres supinador.
Otra forma de entender esto es poner los pies sobre una superficie absolutamente plana. El siguiente paso es crear una línea imaginaria desde tu cabeza hasta tus pies y observar cómo están apoyados. Un supinador observaría que sus pies oscilan hacia fuera. Si no es así, significa que eres pronador.
Para los curiosos, sobre el el 50% de los corredores tienen una postura pronadora, el 40% una postura neutra y el 10% restante corresponde a corredores con un tipo de pie supinador.
Algunas marcas han diseñado modelos específicos para reducir la tendencia natural hacia la pronación o la supinación. Esto puede prevenir varios tipos de lesiones, especialmente en las sesiones de entrenamiento más largas, cuando aparece la fatiga.
Peso corporal
Para saber cómo elegir zapatillas de correr, debes tener en cuenta tu peso corporal. El peso influye mucho en el nivel de amortiguación necesario. Si una persona pesa sesenta y cinco kilos, por ejemplo, lo ideal sería un calzado ligero con menos amortiguación. En cambio, si pesa más de noventa kilos, es mejor un calzado robusto que proporcione al pie un buen agarre y, al mismo tiempo, minimice el impacto sobre las articulaciones.
Los corredores con más peso necesitan una mayor capacidad de absorber los impactos, para evitar lesiones. Esto puede parecer difícil de calcular, pero no te preocupes; las zapatillas de correr suelen tener rangos de peso recomendados en función de la estabilidad y amortiguación necesarias.
Conclusión
Comprar zapatillas de correr no es tan sencillo como elegir otro tipo de calzado. Como hemos visto, hay muchos factores que determinan la elección correcta y es fácil perderse. En primer lugar, tenemos que entender que no existe la zapatilla perfecta, y desde luego tampoco la más cara. Antes de hacer la compra, es importante que te preguntes para qué quieres el calzado. ¿Cuántas veces a la semana quieres entrenar? ¿Dónde vas a correr? ¿Vas a dar un paseo de 30 minutos o vas a correr una maratón?
Entonces tienes que fijarte en tu cuerpo. Evidentemente, no es lo mismo comprar calzado para hombre que para mujer, pero hay otros elementos que intervienen. Como se ha visto, tanto el peso como el apoyo son muy importantes. Por eso debes acudir a un especialista, sobre todo si has sufrido lesiones en el pasado.
Una vez que entiendas bien estas cosas, estarás mucho mejor preparado para elegir tus zapatillas de correr y evitarás la tentación de tirar el dinero en las más caras.